domingo, 9 de enero de 2011

las grandes cosas se construyen a base de pequeños detayes.

Escucho a Beli lavar los platos desde mi cama. El ruido que hacen me despierta y parece que hoy va a ser un buen día, ya que me han despertado y no estoy de mal humor. Me pongo las zapatillas de pelito y los pies se me calientan de forma instantánea. Aún llevo la ropa de ayer, llegué bastante tarde y tan cansada que no quise ni cambiarme. Son la una y media de la tarde. Abro las cortinas de mi habitación y mi cuarto queda iluminado por los rayos del sol. Veo el bullicio de un sábado por la mañana; las mujeres llevan miles de bolsas, los niños pequeños juegan, un niño llora por un globo que se le acaba de escapar, ejecutivos que salen de trabajar, esto de la crisis esta haciendo que la gente trabaje los domingos.. 
Voy a la cocina, saludo a Beli y a mi mamá que están allí cotilleando sobre lo último que había pasado en el Sálvame de ayer. Tomo un café templado, cojo una libreta y mi boli favorito y me voy al parque con el propósito de escribir un rato. La gente pasea, otros van en bici, parejas se besan... Qué bonito es el amor, ¿verdad? Gracias a esto, se me vienen a la cabeza miles de temas para escribir. Sonrío, hoy no sé porque, pero estoy feliz. 
Son las tres, me acerco al Starbucks tarareando mi canción favorita, que, por cierto, no sabia que tenía una y me compro un sandwitch. Ahora me dirijo a la calle de las tiendas, y entro en mi tienda favorita, me compro los calcetines de colores que tanto llevaba esperando a que llegaran y vuelvo a casa. 
No hay nadie. No hago ruido y así aprecio el silencio. Hoy no he hecho nada especial, pero estoy radiante de alegría. Voy a mi cuarto, quito los posters de las paredes y lo pinto de colores chillones. Pinto manos de colores por todos lados. Se hace tarde, llamo a mi mejor amiga por teléfono, y realmente disfruté de esa conversación. Cene una ensalada Cesar y me acosté. Pensado llegué a la cuenta de que sin querer, había comenzado a apreciar todo esos detalles que nos ofrece la vida, y que a veces no vemos y desperdiciamos. 


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